Durante las últimas semanas, el mercado cripto ha estado dominado por una profunda venta masiva, fuertes liquidaciones y una liquidez cada vez menor. Alejándose de ese ruido, existe una fuerte tendencia que ve a las stablecoins convertirse en una herramienta financiera común en gran parte del Sur Global. En lugares donde la inflación socava los salarios, donde las transferencias bancarias son lentas o poco confiables, y donde las personas dependen de ingresos transfronterizos, los dólares digitales se han convertido en una especie de infraestructura silenciosa.
El patrón aparece en cada conjunto de datos serio. El informe geográfico de 2024 de Chainalysis encontró que América Latina representa uno de los usos más fuertes de stablecoins a nivel mundial. Argentina sigue siendo uno de los ejemplos más claros. Aunque la inflación ha caído recientemente de niveles de tres dígitos bajo el nuevo gobierno, los argentinos continúan dependiendo de activos vinculados al dólar para preservar el poder de compra y navegar los controles de capital. Más del sesenta por ciento del volumen de transacciones cripto del país consiste en stablecoins, una proporción reflejada en Brasil y Colombia. En toda la región, las personas usan los dólares digitales menos como una herramienta especulativa y más como una forma práctica de mantener valor y gestionar gastos cotidianos en entornos monetarios inestables.
Dinámicas similares aparecen en el África Subsahariana. Nigeria, a pesar de los conflictos recurrentes con reguladores y operadores de intercambio, se clasifica repetidamente cerca de la cima de los índices globales de adopción cripto. Los usuarios nigerianos reciben miles de millones de dólares en activos digitales cada año, y una parte significativa de ese flujo es actividad de stablecoins. Parte de ello representa remesas informales. Parte de ello refleja un intento de escapar del sistema fragmentado de tasa de cambio del país, donde los precios oficiales y callejeros del naira a menudo divergen. Los dólares digitales ofrecen un punto de referencia más predecible que las tasas bancarias que pueden cambiar de la noche a la mañana.
En el Sudeste Asiático, los impulsores son diferentes pero conducen al mismo resultado. Las remesas son un caso de uso principal. En mercados como Filipinas y Vietnam, grandes poblaciones reciben ingresos del extranjero. Las remesas convencionales siguen siendo costosas, a menudo recortando profundamente los salarios enviados a casa. Varios estudios, incluidos los del Banco Mundial, sitúan los costos de remesas globales alrededor del cuatro al siete por ciento para una transferencia típica. Las stablecoins se han convertido en una alternativa de baja fricción. Viajan rápidamente, a menudo en cuestión de minutos, y pueden convertirse o gastarse localmente a través de redes informales o plataformas de cripto a bienes. Para muchas familias, la diferencia en las comisiones es significativa.
Lo que une a estas regiones no es una visión compartida de la tecnología sino un conjunto compartido de presiones. La inflación, los controles de moneda, los altos costos de remesas, la banca poco confiable y la necesidad de resiliencia transfronteriza crean una demanda natural de una versión digital del dólar. Las stablecoins llenan ese vacío. Se mueven a través de una variedad de redes, desde cadenas más antiguas hasta redes más rápidas y escalables o rollups de capa 2 más nuevos. Los activos subyacentes pueden estar en custodios regulados en Estados Unidos o en otros lugares, pero los instrumentos en sí circulan libre y continuamente.
A nivel del consumidor, este cambio es más evidente en los tipos de compras que las personas realizan con dólares digitales. En muchos mercados, las stablecoins se utilizan para pagar necesidades cotidianas a través de intermediarios que convierten saldos cripto en bienes y servicios prácticos. Uno de estos servicios, Cryptorefills con sede en los Países Bajos, ofrece acceso a un amplio catálogo que incluye más de 7,000 marcas distintas de tarjetas de regalo, junto con crédito móvil prepago, pagos de servicios públicos, eSIMs, así como reservas de vuelos y hoteles en más de 300 aerolíneas y más de 1 millón de propiedades hoteleras en todo el mundo. Debido a que la plataforma abarca múltiples categorías de consumo y opera en más de 180 países, sus transacciones ofrecen una lectura útil sobre cómo las personas gastan dólares digitales en la práctica. La empresa informa que las stablecoins representan una clara mayoría de las compras en su plataforma, con el uso de redes rápidas y escalables como Solana y sistemas de capa 2 más nuevos aumentando considerablemente. Aunque un conjunto de datos no puede representar todo el mercado, la mezcla de productos y la distribución geográfica de los clientes lo convierten en un indicador relevante de cómo circulan los dólares digitales en el comercio cotidiano.
La adopción no es uniforme. En Europa y América del Norte, las stablecoins aparecen más como una herramienta de eficiencia que como una necesidad. Las empresas fintech y los proveedores de pagos las prueban para operaciones de tesorería, transferencias entre empresas y liquidaciones transfronterizas. Algunos comerciantes experimentan con facturación o pagos en cadena. Estos desarrollos importan, pero no tienen la urgencia encontrada en mercados donde la moneda local lucha por mantener el valor o donde las personas dependen de ingresos del extranjero.
También hay un debate político creciente. Los analistas de Standard Chartered advirtieron recientemente que el uso generalizado de stablecoins podría alejar los depósitos de los bancos de mercados emergentes. Una estimación en uno de sus estudios sugirió que, bajo ciertas condiciones, los ahorros en stablecoins en economías vulnerables podrían aumentar desde la base actual a más de un billón de dólares en unos pocos años. Ya sea que esto suceda o no, refleja hasta qué punto los dólares digitales han entrado en el pensamiento económico convencional en los países en desarrollo.
Sin embargo, para la mayoría de los usuarios, el razonamiento es más simple. Las stablecoins funcionan de manera predecible. Se liquidan rápido, cuestan poco enviar y se comportan de manera similar en todas las aplicaciones. Las personas las adoptan porque necesitan una unidad de cuenta confiable y una forma de mover valor sin las fricciones habituales. Desde Buenos Aires hasta Lagos y Manila, esta practicidad importa más que la ideología o la especulación.
Si la tendencia continúa, el sistema financiero más amplio eventualmente tendrá que ajustarse. Por ahora, el aumento de las stablecoins en el Sur Global es menos una revolución tecnológica que una respuesta directa a presiones económicas de larga data. Se han convertido en una herramienta de la vida cotidiana, utilizada silenciosamente, sin fanfarrias, por personas que intentan hacer que sus ingresos duren, pagar sus facturas o apoyar a sus familias en el extranjero. En ese sentido, la historia no se trata de cripto en absoluto. Se trata de cómo millones de personas gestionan la incertidumbre y cómo construyen rutinas financieras que funcionan cuando las tradicionales no lo hacen.
Descargo de responsabilidad: Este artículo se proporciona únicamente con fines informativos. No se ofrece ni se pretende utilizar como asesoramiento legal, fiscal, de inversión, financiero o de otro tipo.

