Aunque los gobiernos brasileño y estadounidense aún no han llegado a un acuerdo sobre minerales críticos, dos empresas mineras brasileñas con proyectos avanzados de tierras raras ya firmaron contratos de financiamiento que podrían dar a Estados Unidos una ventaja para recibir su producción.
Las mineras Serra Verde y Aclara, en Goiás, firmaron acuerdos de financiamiento con el banco estatal estadounidense DFC (Corporación Financiera de Desarrollo), en operaciones que podrían derivar en proyectos de mayor envergadura.
Los elementos de tierras raras son un grupo de 17 elementos químicos difíciles de extraer y refinar, algunos de los cuales son materias primas para la fabricación de imanes esenciales para tecnologías relacionadas con la transición energética.
Para Estados Unidos, esta medida forma parte de una estrategia para reducir su dependencia del suministro de tierras raras de China, que actualmente posee el 60% de la extracción mundial de tierras raras y el 90% de la capacidad de refinación.
Por otro lado, los acuerdos reducen el poder de negociación de Brasil, ya que posee la tercera mayor reserva mundial de tierras raras, después de China y Vietnam, en un posible acuerdo con Estados Unidos.
El compromiso más reciente provino de Serra Verde, la única empresa minera de tierras raras que opera en Brasil y una de las pocas fuera de China. La empresa, propiedad de dos fondos de inversión estadounidenses y uno británico, anunció en noviembre que recibirá un préstamo de 465 millones de dólares (2,500 millones de reales brasileños) de la DFC, que invierte en proyectos fuera del país.
La estrategia de DFC con respecto a los minerales críticos consiste en garantizar que Estados Unidos amplíe su base de proveedores más allá de China.
El contrato entre la minera y el banco no fue revelado, pero según quienes siguen de cerca el asunto, es probable que Serra Verde se haya comprometido a suministrar parte de su producción al mercado estadounidense.
Actualmente, solo refinerías chinas y una en Malasia pueden separar tierras raras, un proceso fundamental para la obtención de los óxidos que demandan las industrias automotriz y de defensa. Sin embargo, empresas estadounidenses, con el apoyo del gobierno estadounidense, han invertido miles de millones de dólares para desarrollar sus propias industrias.


