BatmanBatman

Queremos tanto a Batman

2025/12/17 17:00

¿Ya te pisaron hoy? ¿Se coló un vivo en la fila del colectivo? ¿Te golpeó alguien con su mochila? ¿O te negaron un saludo en la oficina? Si tu respuesta fue “sí a todas las anteriores”, no te sientas mal. Nadie está a salvo de padecer estas pequeñas miserias a diario. Pero en un contexto en el que las potencias del mundo se amenazan con nuevas guerras, crujen las economías grandes y pequeñas, hierven los océanos y la inteligencia artificial desata una revolución de consecuencias inciertas, urge preguntarse: ¿podemos ser más buenos?

Un nuevo estudio sugiere que sí. Y, para sorpresa de muchos, la solución involucra a un guardián silencioso. Un protector vigilante. Un Caballero Oscuro.

En noviembre, un equipo de psicólogos de la Università Cattolica del Sacro Cuore de Milán publicó una investigación algo peculiar. A través de una serie de experimentos de campo, determinó que la presencia de una persona disfrazada de Batman en el transporte público aumentaba de manera significativa las chances de que algún pasajero le cediera su asiento a una mujer embarazada. Dicho de otro modo: para los investigadores, la sola aparición del Vengador de Ciudad Gótica alcanzaba para volver más amables a los usuarios del metro de Milán.

El estudio, publicado en npj Mental Health Research, detalló el comportamiento de los pasajeros en 138 viajes. Se analizaron dos escenarios. En el primero, una mujer que simulaba estar embarazada ingresaba sola al vagón y se registraba qué porcentaje de pasajeros le ofrecía su asiento. En el segundo ocurría lo mismo, pero con una diferencia llamativa: un hombre vestido como Batman entraba al mismo vagón por otra puerta.

Aunque este héroe sin Batimóvil no interactuaba con nadie, el efecto de su presencia sobre los pasajeros fue notable. El 67,21% de los viajeros ofreció su asiento a la presunta madre en ciernes cuando Batman estaba presente, mientras que solo el 37,66% lo hizo cuando no lo estaba.

¿Es la figura de Batman la responsable de semejante salto de amabilidad? Puede ser. Se trata de uno de los héroes de ficción más populares del mundo, protagonista de miles de cómics y de al menos diez largometrajes que recaudaron unos 7000 millones de dólares en los cines a nivel global. A diferencia de otros personajes de novelas gráficas, su atractivo parece radicar en la ausencia del prefijo “súper”: Superman es un extraterrestre bonachón nacido en Kriptón y Spiderman, un chico común picado por una araña radioactiva, pero Batman no es un superhéroe. Es un simple humano, capaz de cometer errores. Un hombre de ciencia que sabe pelear. Un magnate y playboy internacional. Supongo que muchos hombres quisimos ser él en algún momento, incluso a pesar del devastador trauma infantil que arrastra en cada una de sus encarnaciones. Pequeña digresión: a los seis años fui al casamiento de mis padres vestido de Batman. El mundo me parecía un lugar peligroso y alguien tenía que protegerlos. Para un Batman, no hay nada más importante que cuidar a sus padres.

Volvamos. ¿Qué dicen los expertos a cargo del estudio? Que el cambio en el comportamiento de los pasajeros no estaría tan vinculado con Batman en sí. Lo decisivo sería la irrupción súbita de una figura inusual, capaz de sacarlos del “piloto automático” y obligarlos a prestar atención a su entorno. Si estás zombificado frente a la pantalla del celular y un encapotado entra al subte, es más probable que empieces a registrar lo que sucede a tu alrededor. Por ejemplo, a una mujer embarazada a la que nadie le cede el asiento.

Para los investigadores, intervenciones inesperadas -como la del Batman del metro milanés- ayudan a agudizar la conciencia sobre el entorno. ¿Funcionaría también con otro personaje? Es difícil saberlo. Lo importante es que mejore, aunque sea un poco, la vida cotidiana. Da lo mismo si para lograrlo hace falta un disfraz de gato, de murciélago o una señal luminosa estampada en el cielo.

Aviso legal: Los artículos republicados en este sitio provienen de plataformas públicas y se ofrecen únicamente con fines informativos. No reflejan necesariamente la opinión de MEXC. Todos los derechos pertenecen a los autores originales. Si consideras que algún contenido infringe derechos de terceros, comunícate a la dirección service@support.mexc.com para solicitar su eliminación. MEXC no garantiza la exactitud, la integridad ni la actualidad del contenido y no se responsabiliza por acciones tomadas en función de la información proporcionada. El contenido no constituye asesoría financiera, legal ni profesional, ni debe interpretarse como recomendación o respaldo por parte de MEXC.